miércoles, 4 de mayo de 2011

EDUCACION / Pequeña historia para reflexionar

Cuenta una antigua historia Zen que un día un joven monje llegó donde un maestro y le habló así:
– He estudiado el Nirvana Sutra durante años, y aún hay pasajes que no logro entender. ¿Podrías explicármelos?
– Con gusto –respondió el maestro –, pero no sé leer. Si tú me los lees yo podría ver si te ayudo a entenderlos.
– Si ni siquiera sabes leer las palabras –dijo el joven monje, indignado –, ¿cómo podrías comprender las verdades detrás de ellas?
– La verdad y las palabras no guardan relación ¿Ves la Luna? –dijo el anciano, señalándola con el dedo.
– Sí –Asintió el joven.
– Las palabras son como el dedo y la verdad como la Luna –acotó el maestro –, puedo usar mi dedo para mostrarte la Luna, pero mi dedo no es la Luna ni lo necesitas para verla ¿o sí?

Quizás nuestro trabajo deberá ser un poco como ese dedo que señala las verdades…

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